Originales
Incontinentia pigmenti. Manifestaciones iniciales y a largo plazo
Incontinentia pigmenti. Initial and long-term characteristics
A.P. Nso Rocaa,
,
, F. Baquero-Artigaoa, M.ªJ. García-Miguela, J. Guerrero Vázquezb, J. Guerrero Fernándezc, M. Vicente Cuevasb
a Servicio de Infecciosas. Hospital Punta de Europa. Algeciras. Cádiz. España
b Servicio de Pediatría. Hospital Punta de Europa. Algeciras. Cádiz. España
c Servicio de Endocrinología Hospital Punta de Europa. Algeciras. Cádiz. España
R. De Lucas Lagun
Recibido 31 marzo 2007, Aceptado 31 marzo 2007
Resumen
Presentamos dos casos de incontinentia pigmenti
diagnosticados en el período neonatal. Ambos consultaron por presencia
de lesiones vesiculares diseminadas. Ninguno de los casos presentaba
manifestaciones extradermatológicas en el momento del diagnóstico. El
diagnóstico definitivo se realizó mediante biopsia cutánea. En la fase
inicial las lesiones pueden ser similares a las producidas por virus del
herpes simple, pero la distribución y evolución características
permiten diferenciar los dos procesos. Es importante incluir este cuadro
en el diagnóstico diferencial de los exantemas vesiculosos ya que el
diagnóstico precoz permite un mejor tratamiento de las posibles
alteraciones sistémicas asociadas.
Abstract
We report two cases of incontinentia pigmenti
diagnosed in the neonatal period. Both patients presented with
disseminated vesicular lesions. Neither patient had extra-dermatological
symptoms at diagnosis. The definitive diagnosis was established by
cutaneous biopsy. In the initial phase of the disease, the lesions can
be similar to those of herpes simplex infection, but characteristic
distribution and clinical course allow the differential diagnosis to be
established. This disease should be included in the differential
diagnosis of vesicular rashes because early detection allows better
management of the possible associated systemic manifestations.
Key words
Incontinentia pigmenti, Neonate, Vesicular rash, Neonatal herpes
Palabras clave
Incontinentia pigmenti, Neonato, Exantema vesiculoso, Herpes neonatal
Introducción
La incontinentia pigmenti es un trastorno de los tejidos derivados del ectodermo y neuroectodermo1. Es poco frecuente, se transmite con herencia dominante ligada a X y afecta casi exclusivamente al sexo femenino2,3. Cursa con manifestaciones cutáneas que se presentan en cuatro estadios clínicos: vesicular, verrucoso, pigmentado y atrófico4. Asocia manifestaciones generales extradermatológicas en el 50–80 % de los casos5.
La sospecha clínica del cuadro permite realizar un diagnóstico precoz y
el pronóstico depende del tratamiento de las alteraciones sistémicas
asociadas.
Presentamos dos casos de incontinentia pigmenti de diagnóstico precoz en el período neonatal.
Caso 1
Niña
de 3 días de vida, sin antecedentes de interés salvo infección materna
por herpes simple tipo II aparentemente no activo durante el embarazo.
Fue remitida a nuestro centro con sospecha de herpes neonatal, y estaba
en tratamiento con aciclovir por presentar lesiones cutáneas vesiculosas
diseminadas desde el momento del nacimiento. La niña estaba afebril,
con buen apetito y sin otros síntomas acompañantes.
En
la exploración física se detectaron lesiones vesiculares y descamativas
en tronco y extremidades, de distribución lineal, con costras
melicéricas de predominio en hemicuerpo derecho (fig. 1).
Asimismo, se observaron cicatrices verrucosas en el cuero cabelludo. La
niña presentaba buen estado general y el resto de la exploración era
normal. La analítica sanguínea mostraba hemoglobina: 16,8g/dl;
hematocrito: 50,8 %; 11.930 leucocitos/μl (47,6 % neutrófilos; 31,3 %
linfocitos; 6,6 % monocitos; 12,7 % eosinófilos); plaquetas: 295.000/μl;
proteína C reactiva (PCR): 1,5mg/l (normal < 5mg/l).
El estudio bioquímico fue normal. Dados los antecedentes maternos y el
aspecto vesiculoso de las lesiones, se mantuvo el tratamiento
intravenoso con aciclovir y tópico con mupirocina en las lesiones con
aspecto melicérico. El hemocultivo y el frotis de las lesiones fueron
negativos. Se realizó biopsia cutánea dada la distribución lineal de las
lesiones, lo que permitió el diagnóstico de incontinentia pigmenti.
Se realizaron sendos estudios neurológico y oftalmológico que
resultaron normales, salvo una pequeña zona isquémica en la retina
temporal izquierda, que fue tratada con láser sin complicaciones.
Actualmente, la niña tiene 12 meses y evoluciona de forma favorable sin compliaciones.
Caso 2
Niña
de un día de vida, sin antecedentes obstétricos de interés. En la
exploración al nacer se observan lesiones cutáneas vesiculares con base
eritematosa y de distribución lineal en tronco y miembros. La niña
presentaba buen estado general, con buen apetito y sin fiebre. Ante la
distribución característica de las lesiones, la negatividad de los
cultivos y la ausencia de alteraciones analíticas, salvo una discreta
eosinofilia, se sospechó incontinentia pigmenti, que se confirmó mediante biopsia cutánea.
Las lesiones desarrollaron progresivamente un aspecto verrucoso con liquenificación (fig. 2).
Actualmente, a los 3 años de edad, la paciente presenta lesiones
pigmentadas de distribución lineal en tronco y extremidades (fig. 3). En cuanto a las manifestaciones extradermatológicas, se objetivó displasia dentaria a los 6 meses de vida (fig. 4), con estudios neurológicos y oftalmológicos normales.
Discusión
La incontinentia pigmenti es una genodermatosis del neuroectodermo poco frecuente2,4. Se produce por mutaciones en el gen NEMO localizado en el cromosoma Xq285,6 y que interviene en la protección celular contra la apoptosis5. La herencia de esta enfermedad es dominante ligada a X5,7. En el 98 % de los casos afecta al sexo femenino3, ya que suele ser mortal en niños2,4. Los pocos casos descritos en varones suelen ser niños con síndrome de Klinefelter1.
La
manifestación clínica más característica es la cutánea, aunque también
produce alteraciones en otros tejidos. Las lesiones cutáneas se
presentan en cuatro estadios evolutivos4,5.
El primero es el estadio inflamatorio, caracterizado por eritema y
vesiculación lineal y que suele aparecer en las primeras 2 semanas de
vida. El segundo estadio es el verrucoso, con lesiones liquenificadas,
de aparición entre la segunda y la sexta semana de vida. Con los años se
desarrolla la fase hiperpigmentada con lesiones café con leche o
grisáceas. Por último, generalmente después de la adolescencia, aparece
la fase atrófica. El 50-80 % de los casos se acompañan de alteraciones
extradermatológicas5
que afectan a otros tejidos derivados del neuroectodermo. La mayoría de
los pacientes desarrollan algún grado de displasia dental (anodontia,
dientes cónicos, retraso en la erupción dentaria) y en algunos casos
existe displasia esquelética5. Las alteraciones neurológicas son también frecuentes (30–50%)5,6,8,
y pueden aparecer en forma de alteraciones isquémicas o de
desmielinización en la resonancia magnética sin repercusión clínica,
epilepsia, retraso psicomotor, parálisis espástica o ataxia. Marcan el
pronóstico de la enfermedad y hasta en el 7,5 % de los casos llegan a
ser lesiones graves6,8. Otro tipo de manifestaciones frecuentes en estos pacientes son las oculares (20 %)1,3,5,
especialmente estrabismo, hipopigmentación retiniana, retinopatía
proliferativa y cataratas; llegan a ser graves en el 8 % de los casos8.
El
diagnóstico se realiza mediante biopsia cutánea que revelará pigmento
libre, melanófagos y eosinófilos en la dermis, papilomatosis con
inflamación perivascular en la epidermis y una capa basal irregularmente
pigmentada5. En la analítica sanguínea el hallazgo más frecuente es la leucocitosis con eosinofilia1,2.
El
pronóstico depende del grado de alteración neurológica y ocular, de
manera que es de buen pronóstico la ausencia de estas manifestaciones1.
Como el tipo de evolución de estos pacientes depende del control
evolutivo de las alteraciones sistémicas asociadas, el diagnóstico
precoz es esencial y lo más importante para llegar a éste es la sospecha
clínica. Sin embargo, cada estadio de la enfermedad tiene su propio
diagnóstico diferencial (herpes simple, varicela zóster, candidiasis o
sífilis congénita, impétigo, dermatitis herpetiforme) y esto retrasa el
diagnóstico. De ahí la importancia de realizar una biopsia cutánea ante
lesiones vesiculares atípicas.
Uno de los cuadros a los que se asemeja la incontinentia pigmenti
es la infección por herpes simple. Un retraso en el diagnóstico de esta
infección podría suponer consecuencias fatales en un neonato por este
motivo consideramos importante iniciar tratamiento con aciclovir hasta
descartar dicha infección en niños de riesgo como el del caso
presentado, cuya madre tenía antecedentes de infección genital por
herpes. Además, existe la posibilidad de la asociación de los dos
cuadros, y se han descrito casos de infección por virus del herpes
simple en recién nacidos con incontinentia pigmenti6.
El tratamiento de esta enfermedad es sintomático, controlando las alteraciones sistémicas asociadas.
En conclusión, la incontinentia pigmenti
es una enfermedad genética potencialmente grave que requiere un
diagnóstico precoz y un seguimiento multidisciplinario del paciente de
por vida. La sospecha clínica es fundamental para llegar al diagnóstico.
BIBLIOGRAFÍA
1.
M. Faloyin,J. Lewitt,E. Bercowitz,D. Carrasco,J. Tan
All that is vesicularis not herpes: Incontinentia pigmenti masquerading as herpes simplex virus in a newborn
Pediatrics, 114 (2004), pp. 270-272
2.
M. Rola,T. Martins,M.J. Melo,R. Gomes,J. Roseira,A. Souto
Incontinence of pigment
An Pediatr (Barc), 60 (2004), pp. 601-602
3.
A.K. Leung,C.P. Kao,W.L. Robson
Incontinentia pigmenti in an infant
J Pediatr, 149 (2006), pp. 138
4.
A. Domínguez-Reyes,T. Aznar-Martín,E. Cabrera-Suárez
General and dental characteristics of Bloch-Sulzberger syndrome. Review of literature and presentation of a case report
Med Oral, 7 (2002), pp. 293-297
5.
I. Pascual-Castroviejo,S.I. Pascual-Pascual,R. Velásquez-Fragua,V. Martínez
Incontinentia pigmenti: Clinical and neuroimaging findings in a series of 12 patients
Neurologia, 21 (2006), pp. 239-248
6.
N.I. Wolf,N. Kramer,I. Karting,A. Seitz,F. Ebinger,J. Poschl
Diffuse cortical necrosis in a neonate with incontinentia pigmenti and an encephalitis-like presentation
AJNR Am J Neuroradiol, 26 (2005), pp. 1580-1582
No hay comentarios:
Publicar un comentario